Mención Honrosa
Dos rayitas de óxido de zinc en cada pómulo y un beso en la frente bastaban.
Protegidos y bendecidos. En todo caso, el sol, la sal, las medusas, las conchas y
los poderosos tumbos no eran nuestros enemigos. Nada lo era. Ni siquiera los
quiebres de estación o el mismísimo tiempo. Y si bien los prosit y tu sonrisa
suelen difuminarse, sé que gozas cada vez que volcamos la mirada hacia los
cerros morados, los acantilados mostaza y el gris menos triste de nuestras
oleadas familiares. Juntos, en ese ritual con el que esperamos cada pan en lata
recién horneado.
Gonzalo Artal Hahn, 48 años, Mejillones.
Ilustración: @jrgelino

