LA VISITA

Mención Honrosa

Cada domingo, Viernes Santo y Fiesta de los Difuntos, mi abuela Clara me llevaba donde la animita de calle Valdivia. Cuando niña me entretenía contando las placas, jugando con las velas, haciendo monos con cera tibia. Cuando crecí, me aburría un poco y buscaba la manera de escabullir la visita. Mi abuelita me amenazaba con castigos sobrenaturales y yo, después de una mala nota o algún desamor, arrepentida, la acompañaba. Mi abuela murió en la madrugada, durante el sueño. He estado pensando en qué le voy a decir a la animita cuando me vea sola con las velas.

Soledad Montecinos, 36 años
Antofagasta

Ilustración: Alberto Montt